La venganza de un desconocido Irvin Vera

Siempre se cuidó mucho de exponerse ante los flashes de los fotógrafos de espectáculos que pugnaban por obtener los mejores ángulos de su jefa, Sheyla Rojas. Además era solamente su asistente, que le acompañaba a todos lados, atento a cualquier requerimiento suyo.

La acompañó a España para que se encuentre con el futbolista Luis Advíncula.

Dicen las malas lenguas que el noble Irvin le reclamó un pequeño ajuste de su salario, a lo que Shey Shey le increpó severamente que no tenía que pedir nada porque lo hacía pasear gratis y que incluso le daba su propina.

Irvincito insistió pero nada de nada y fue ninguneado olímpicamente por su jefecita.

Esperó regresar a Lima y comercializó la foto del escándalo al mejor postor y punto.